sábado, 29 de septiembre de 2007

1 guerra mundial

Primera Guerra Mundial

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Primera Guerra Mundial

Mapa con los contendientes:

   Potencias Centrales

   Aliados

Fecha 28 de julio de 1914 - 11 de noviembre de 1918
Lugar Europa, África y Asia
Resultado Victoria aliada.
Casus
belli
Asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria (28 de junio) seguido por una declaración de guerra austríaca a Serbia (28 de julio) y la movilización rusa contra Austria-Hungría (29 de julio).
Cambios territoriales Disolución de los Imperios Alemán, Austrohúngaro, Otomano y Ruso.
Beligerantes
Potencias Centrales:
Imperio Austrohúngaro,
Bulgaria,
Imperio Alemán,
Imperio Otomano
Aliados:
Imperio Británico,
Francia,
Bélgica,
Canadá,
Italia,
Russia Imperio ruso,
Estados Unidos,
Serbia,
Montenegro
Japón,
Rumania
Comandantes
Francisco José I,
Franz Conrad von Hötzendorf,
Guillermo II de Alemania,
Erich von Falkenhayn,
Paul von Hindenburg,
Reinhard Scheer,
Erich Ludendorff,
Mehmed V,
İsmail Enver,
Mustafa Kemal Atatürk,
Fernando I de Bulgaria
Nicolás II de Rusia,
Alexéi Alexéievich Brusílov,
Georges Clemenceau,
Joseph Joffre,
Ferdinand Foch,
Robert Nivelle,
Herbert Henry Asquith,
Douglas Haig,
John Jellicoe,
Víctor Manuel III,
Luigi Cadorna,
Armando Diaz,
Woodrow Wilson,
John J. Pershing
Bajas
Soldados
muertos:
4.386.000
heridos: 8.388.000
desaparecidos: 3.629.000[1]
Soldados
muertos:
5.520.000
heridos: 12.831.000
desaparecidos: 4.121.000[1]

La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado a escala mundial desarrollado entre 1914 y 1918. Originado en Europa, por la rivalidad entre las potencias imperialistas, se transformó en el primero en cubrir más de la mitad del planeta. Fue en su momento el conflicto más sangriento de la historia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra solía llamarse la Gran Guerra o la Guerra de Guerras.

A finales del siglo XIX, Inglaterra dominaba el mundo tecnológica, financiera, económica y sobre todo políticamente. Alemania y Estados Unidos le disputaban el predominio industrial y comercial. Durante la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del siglo XX se produjo la repartición de África (a excepción de Liberia y Etiopía) y Asia Meridional, así como el gradual aumento de la presencia europea en China, Estado en franca decadencia.

Estados Unidos y, en menor medida, el Imperio Ruso controlaban eficientemente sus vastos territorios, unidos por largas líneas férreas (ferrocarril Atlántico-Pacífico y Transiberiano, respectivamente). Inglaterra y Francia, las dos principales potencias coloniales, se enfrentaron en 1898 y 1899 en el denominado incidente de Faschoda, en Sudán, pero el rápido ascenso del Imperio alemán hizo que los dos países se unieran a través de la Entente cordiale. Alemania, que solamente poseía colonias en Camerún, Namibia, África Oriental, algunas islas del Pacífico (Islas Salomón) y enclaves comerciales en China, empezó a pretender más a medida que aumentaba su poderío militar y económico posterior a su unificación en 1871. Una desacertada diplomacia fue aislando al Reich, que sólo podía contar con la alianza incondicional de Austria-Hungría.

Francia deseaba la revancha de la derrota sufrida frente a Prusia en la Guerra Franco-prusiana de 1870-1871. Mientras París estaba asediada, los príncipes alemanes habían proclamado el Imperio (el llamado Segundo Reich) en el Palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para los franceses. La III República perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a ser parte del nuevo Reich germánico. Las generaciones francesas de finales del siglo XIX, sobre todo el Ejército, crecieron con la idea de vengar la afrenta recuperando esos territorios. En 1914 sólo hubo un 1% de desertores en el ejército francés, en comparación con el 30% de 1870.

Mientras tanto, los países de los Balcanes liberados del Imperio Otomano (el «enfermo de Europa») fueron objeto de rivalidad entre las grandes potencias. Turquía, que se hundía lentamente, no poseía en Europa -hacia 1914- más que Estambul, la antigua Constantinopla. Todos los jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumania, Serbia, Montenegro y Albania), buscaron expandirse a costa de sus vecinos, lo que llevó a dos conflictos entre 1910 y 1913, conocidos como Guerras Balcánicas.

Impulsados por esta situación, los dos enemigos seculares del Imperio Otomano continuaron su política tradicional de avanzar hacia Estambul y los Estrechos. El Imperio Austrohúngaro deseaba proseguir su expansión en el valle del Danubio hasta el mar Negro, sometiendo a los pueblos eslavos. El Imperio Ruso, que estaba ligado histórica y culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa -ya les había brindado su apoyo en el pasado- contaba con ellos como aliados naturales en su política de acceder a «puertos de aguas calientes». Evidentemente, estas políticas opuestas entre una potencia católica y otra ortodoxa provocaron enfrentamientos.

Como resultado de estas tensiones, se crearon vastos sistemas de alianzas a partir de 1882:

  • de una parte, Francia, el Imperio Británico y el Imperio ruso (Triple Entente) y
  • el Imperio alemán, el Imperio Austrohúngaro e Italia (Triple Alianza).

A este período se le conoce como Paz armada, ya que Europa estaba destinando cuantiosas cantidades de capital al armamento y, sin embargo, no había guerra, aunque se sabía que ésta era inminente.

El Kaiser, propaganda militar humorística francesa.
El Kaiser, propaganda militar humorística francesa.
Alianzas militares europeas en 1915  Verde: Triple Entente (aliados)  Rojo: Triple Alianza (Potencias Centrales)
Alianzas militares europeas en 1915
Verde: Triple Entente (aliados)
Rojo: Triple Alianza (Potencias Centrales)

La guerra comenzó como un enfrentamiento entre Austria - Hungria y Serbia, pero Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de los países eslavos. Tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Alemania respondió a Rusia con la guerra y Francia se movilizó para apoyar a su aliada. Las hostilidades involucraron a 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados»: Francia, los Imperios Británico y Ruso, Canadá, Estados Unidos (desde 1917), Portugal, Japón, así como Italia que había abandonado la Triple Alianza. Este grupo se enfrentó a la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los Imperios Austrohúngaro, Alemán y Turco, acompañados por Bulgaria.

Tabla de contenidos

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Detonante del conflicto

El evento detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip (véase Atentado de Sarajevo).

El Imperio Austro-húngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán, investigar en territorio serbio, ya que consideraba que la organización paneslavista Mano Negra tenía conexión con los servicios secretos de ese país. El Imperio Austrohúngaro dio un ultimátum el 28 de julio a Serbia, que no aceptó todas las condiciones impuestas. El ataque austrohúngaro activó las disposiciones previstas por el sistema de alianzas.

Guerra de movimientos

El 5 de julio. Rusia declaró la guerra al Imperio Austrohúngaro para ayudar a los serbios, el Imperio alemán a su vez declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto, después a Francia el día 3 del mismo mes. El 4 de agosto el ejército alemán inició la invasión de Francia violando el territorio belga (neutral), lo que entrañó la declaración de guerra al Imperio alemán por parte del Imperio Británico, que era garante de la soberanía belga. El sistema de alianzas generalizó posteriormente el conflicto, es decir, que un hecho aislado desencadenó la ruptura del equilibrio que se había mantenido por años a partir del sistema de alianzas militares defensivas.

Entre los países europeos sólo España, Suiza, Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Suecia (e Italia provisionalmente) permanecían neutrales. Los dos campos estaban bastante equilibrados: las Potencias Centrales y los Aliados poseían un número semejante de soldados. Los alemanes tenían la ventaja de su superior artillería pesada y excelente adiestramiento de sus tropas -la tradicional eficiencia militar prusiana-, pero eso se compensaba por la supremacía de los británicos en el mar y la mayor extensión de las colonias de la Entente. Otra ventaja de las potencias centrales era que conformaban un bloque territorial compacto, mientras Rusia estaba aislada de sus aliados.

En 1914, los europeos pensaban que la guerra sería corta. Pero los generales, que habían estudiado las guerras napoleónicas, estaban equivocados en su enfoque inicial del enfrentamiento. Respondiendo a la enorme eficacia de las armas (fusiles, armas automáticas y artillería pesada) producto de la Revolución Industrial, las fortificaciones fueron reforzadas. La caballería sería inútil como medio para romper el frente.

Al comienzo de la guerra los dos bandos trataron de obtener una victoria rápida mediante ofensivas fulminantes. Los franceses agruparon sus tropas en la frontera con Alemania, entre Nancy y Belfort, divididas en cinco ejércitos. Previendo un ataque frontal en Lorena, organizaron el Plan XVII. Los alemanes tenían un plan mucho más ambicioso. Contaban con la rapidez de un movimiento de contorno por Bélgica para sorprender a las tropas francesas y marchar hacia el este de París (Plan Schlieffen de 1905) y luego enfrentarse a las fuerzas enemigas y empujarlas hacia el Jura y Suiza. Tan sólo ubicaron 2/7 de sus tropas sobre la frontera para resistir el ataque frontal en Alsacia-Lorena.

El comienzo del plan trascurrió perfectamente para el Reich; sus tropas derrotaron al ejército francés en la batalla de Charleroi (21 de agosto). Los franceses lanzaron simultáneamente el Plan XVII, pero resultó una catástrofe debido a las armas automáticas que frenaron cualquier asalto y a un repliegue prematuro de las tropas hacia sus líneas. Por el contrario, los alemanes invadieron Bélgica, provocando la intervención inglesa; semanas después estaban ya ubicados en el río Marne, donde chocaron con la guarnición de París y las tropas de reserva francesas en la Primera Batalla del Marne: su derrota marcó el abandono definitivo de los planes anteriores a la guerra. En ese momento comenzó la "carrera hacia el mar": los dos Ejércitos marcharon hacia el Mar del Norte; ataques y contra-ataques se sucedieron. La contienda se desarrollaría en territorio francés: Flandes. Las tropas británicas no tardaron en intervenir en mayor número (British Expeditionary Force, BEF), junto a los restos del ejército belga.

Mientras tanto, Austria-Hungría fracasó en su intento de tomar Belgrado; Rusia invadió Prusia Oriental, pero los oficiales prusianos Hindemburg y Ludendorff los batirán contundentemente en Tannemberg.

Frente oriental

Soldados rusos esperando un ataque alemán en una línea de trincheras.
Soldados rusos esperando un ataque alemán en una línea de trincheras.

La estrategia de guerra alemana funcionó contra Rusia. Los ejércitos rusos eran enormes (8 millones de hombres en 1914). Pero la verdad era nefasta: el ejército zarista estaba compuesto principalmente por campesinos sin ninguna formación militar, mal armados y equipados; en suma, no estaba preparado para enfrentarse a los disciplinados germanos. El mando ruso era también mediocre. Los dos ejércitos se enfrentaron en la Batalla de Tannenberg (Prusia Oriental) del 26 al 30 de agosto de 1914, y después en la batalla de los lagos Masurianos del 6 al 15 de septiembre de 1914. Los rusos sufrieron flagrantes derrotas en los dos casos y fueron obligados a replegarse. Allí nacio la leyenda del dúo formado por Paul von Hindenburg y Erich Ludendorff, los comandantes germanos en esta exitosa campaña defensiva. Polonia es invadida.

Austria-Hungría, en cambio, no pudo repeler la invasión de Galizia. 1914 termina con el ejército ruso aún en pie, a pesar de haber sido rechazado de Prusia Oriental.

En el curso de 1915, dos nuevos países entraron en la guerra: Italia al lado de los Aliados y Bulgaria al lado de las potencias centrales, que con este apoyo derrotan y ocupan a Serbia. En los años siguientes, los alemanes avanzaron sobre Rusia y conquistaron el Golfo de Riga, destruyendo o tomando prisionero a buena parte de contingentes rusos. El frente oriental estuvo en constante movimiento, no conoció el drama de las trincheras. La caballería jugó aún cierto papel en esta guerra de movimientos.

Guerra de trincheras

Artículo principal: Guerra de trincheras

El equilibrio de fuerzas y las formidables armas facilitaron enormemente la defensa frente al ataque e impusieron la estabilización del frente. Los soldados colocaron decenas de kilómetros de alambradas y minas entre el Mar del Norte y Suiza. Un asalto presentaba tal desventaja frente al adversario que los ataques aliados fueron infructuosos y Alemania pudo resistir a pesar de combatir en dos frentes. Las condiciones sanitarias y humanas para los soldados eran muy crudas y las bajas elevadísimas. Los contendientes tuvieron que recurrir a la leva en masa; en este aspecto Alemania tenía la ventaja de su población numéricamente superior a la de Francia.

Los dos bandos tenían grandiosos planes en caso de conseguir la victoria. La diplomacia fue muy activa también: ambos bandos sedujeron a Italia, que al fin se inclinó por la Entente. Los militares germanos esperaban que Bethmann-Hollweg consiguiese la paz con Rusia para poner todo el esfuerzo en el Oeste, pero esto no fue imposible: los Aliados reafirmaron su compromiso de no negociar ninguna paz por separado.

En otoño de 1915 Joffre intentó una ofensiva, con apoyo inglés, que terminó en un gigantesco fracaso. Después de este éxito defensivo, a finales de año, el archiduque Falkenhayn, Jefe de Estado Mayor, propuso su proyecto al Kaiser: atacar Verdún, plaza fuerte e impenetrable según la propaganda francesa, pero que estaba en posición delicada por no poseer un camino o vía férrea para su reavituallamiento. Él esperaba que su caída debilitaría la moral de los soldados franceses. La idea era liquidar un gran número de tropas enemigas a un costo "módico" en vidas germanas. El 21 de febrero de 1916, el ataque se inició con la artillería bombardeando salvajemente las posiciones aliadas. Los alemanes avanzaron poco, pero las pérdidas francesas fueron enormes. El 25 de febrero, el General Langle de Cary decidió abandonar, lo más razonable desde un punto de vista estratégico. Pero el mando francés pensaba que no podrían permitirse perder Verdún y nombró en su lugar a Philippe Pétain, quien organizó una serie de violentos contraataques. Los alemanes transformaron esta batalla de frente reducido en una vasta carnicería.

El 1 de julio, los ingleses desataron una enorme lucha paralela en la Batalla del Somme, a fin de dividir las tropas alemanas y reducir la presión sobre Francia. Los alemanes retrocedieron escasos kilómetros, pero en orden. Al final, el frente casi no se modificó ni en Verdún ni en el Somme, pese a los centenares de miles de bajas. La guerra era total y los cálculos no se detenían frente al desangre que eso implicaba.

Otros frentes

Francesas trabajando en una fabrica de municiones.
Francesas trabajando en una fabrica de municiones.

Los demás frentes intentaron maniobras de distracción o contorneamiento, pero ninguno tuvo tanta importancia como los dos frentes principales. Se combatía en el Cáucaso entre rusos y turcos, en Irak (ingleses y turcos) y en los Balcanes.

Los Aliados contaban con la debilidad de Turquía para abrir una vía directa y apoyar a sus aliados rusos en problemas. La campaña de los Dardanelos fue desatada por los ingleses, a sugerencia de Winston Churchill, para controlar el estrecho de los Dardanelos, lo que permitiría a Francia y al Imperio Británico revitalizar a Rusia, neutralizar Turquía y encerrar a los imperios centrales. El ambicioso proyecto comenzó con el despliegue de una imponente flota inglesa y el desembarco de tropas en Gallipoli, pero los turcos se defendieron con una decisión inesperada; los aliados no consiguieron penetrar por sorpresa en el Imperio Otomano y fracasaron en las sucesivas ofensivas. La operación fue un sangriento desastre, convirtiéndose en una nueva batalla de trincheras (para colmo, esta vez con el mar a espaldas de los Aliados). Después de unos meses de inútiles tentativas, el mando inglés decidió evacuar Gallípoli y dirigir su cuerpo expedicionario a Salónica, Grecia. Este ejército sostendría enseguida a los serbios que no se riendieron. Ante todo se mantuvo a la espera de nuevas oportunidades, como convencer a Grecia de entrar en la guerra.

Los alemanes, que contaban con una importante flota de submarinos, intentaron imponer un bloqueo completo al Reino Unido y Francia, interceptar el apoyo de sus colonias y romper las rutas de aprovisionamiento entre América (carne de Argentina, armamento estadounidense) y Europa. A mediados de 1916 la Royal Navy Británica se encontró con la flota alemana en la península de Jutlandia, el único combate entre las dos grandes flotas. Los alemanes tenían como objetivo impedir el abastecimiento británico desde Noruega. La batalla comenzó el 31 de mayo y duró 80 minutos. No hubo un total ganador, ya que la Royal Navy perdió más hombres y naves, pero los alemanes no pudieron romper el bloqueo y tuvieron más buques dañados.

Durante todo el conflicto los británicos fomentaron el sublevamiento de las tribus árabes para perturbar a los turcos otomanos. En esta misión destacó el célebre oficial T. E Lawrence, Lawrence de Arabia. La Declaración Balfour propuso el establecimiento de un Estado judío en Palestina, para motivar a los judíos estadounidenses a que apoyaran el ingreso de ese país en la guerra. En 1916 los Británicos atacaron Palestina, donde mantuvieron el control hasta 1947.

En África, británicos y franceses atacaron desde todos los frentes a las colonias alemanas, rodeadas por sus posesiones. Las fuerzas germanas en Togolandia y Camerún se rindieron rápidamente a las tropas anglo-francesas, mientras que la colonia de África del Sudoeste Alemana fue invadida por el ejército sudafricano y ocupada totalmente en 1915 (véase: Campaña de África del Sudoeste). Sólo la colonia de Tanganica, bajo la dirección del general Paul von Lettow-Vorbeck, resistió bajo dominio alemán hasta el final de la contienda.

Mientras tanto en el Pacífico también hubo movimientos aunque no batallas de importancia. Las tropas australianas estacionadas en Papúa ocuparon sin problemas la Nueva Guinea Alemana, mientras que Japón y Nueva Zelanda dirigieron ataques contra las bases alemanas en las Islas Marianas. El puerto chino de Qingdao, principal base alemana en Extremo Oriente, fue ocupado por los japoneses.

En 1915, Italia se une a los Aliados y ataca a Austria. Sin embargo, una larga serie de ofensivas sobre el río Isonzo fracasa. En 1917, son los austro-húngaros, reforzados por tropas alemanas, las que baten duramente a los italianos en Caporetto. Este desastre casi saca a Italia de la guerra, pero el frente se estabiliza sobre el río Piave.

En junio de 1916 tiene éxito una ofensiva rusa a cargo del General Brussilov, que se interna en las líneas austrohúngaras. Regimientos enteros se pasaron a las filas rusas, demostrando la fragilidad del Imperio Danubiano. Motivada por esta circunstancia, Rumania declara la guerra a los Imperios Centrales, pero es fácilmente derrotada y ocupada por los alemanes, lo que compromete aún más la posición rusa. El Imperio de los Romanov no volvería a ejecutar ninguna ofensiva en el resto de la contienda.

Como vemos, son las Potencias Centrales las que van sumando más tantos hacia 1916. El Vaticano y Suiza intentan infructuosamente sondeos por la paz. La opinión pública estadounidense se opone a participar en el conflicto, visto como cosa de los europeos imperialistas...

1917, el viraje de la guerra

Representación inspirada en la guerra (1917).
Representación inspirada en la guerra (1917).

En 1917, el Estado Mayor alemán tomó la decisión de aguantar a los Aliados en el Oeste y hundir de una buena vez a las desalentadas tropas zaristas. También desaparecieron las fortalezas aliadas de Ham y de Coucy (27 de marzo 1917). Los franceses, que sufren un motín de sus tropas, no son capaces de lanzar ninguna ofensiva, limitándose a resistir. Es el turno de los británicos; sin embargo no se consigue romper el frente. El conflicto se eterniza y el desaliento cunde en la retaguardia. La población civil padece restricciones, sobre todo en Alemania, bloqueada por los Aliados.

1917 fue clave por la entrada en la guerra de los Estados Unidos, lo que le dio a la contienda el carácter mundial. El torpedeo por parte de un submarino de la flota alemana del RMS Lusitania, donde viajaban 123 estadounidenses, provocó una viva reacción en Estados Unidos, que se preparó para entrar oficialmente en guerra al lado de los aliados. Pero debía sortear primero un gran problema: casi no tenía ejército.

Más tarde, las dos Revoluciones rusas de febrero y octubre de 1917 permitieron a los alemanes avanzar considerablemente en Rusia. El Zar Nicolás II es depuesto y asesinado con toda su familia. Los bolcheviques toman el control total y firmaron el armisticio con los imperios centrales en el mes de diciembre, después de la Paz de Brest-Litovsk (negociada por León Trotsky) en marzo de 1918. Para obtener esta paz consintieron enormes sacrificios económicos y territoriales. Además, Alemania ocupó Polonia, Ucrania, Finlandia, los países bálticos y una parte de Bielorrusia. El Reich aprovechó esta victoria para enviar casi todo su ejército oriental al frente occidental e intentar obtener una victoria rápida antes de la llegada masiva de los estadounidenses. Era su baza definitiva, ya que Austria - Hungría, Bulgaria y Turquía dan muestras de desaliento ante las mayores reservas financieras y de hombres de los Aliados.

Fin de la guerra

Cementerio cerca de Verdún. El monumento al fondo contiene restos sin identificar de miles soldados alemanes y franceses.
Cementerio cerca de Verdún. El monumento al fondo contiene restos sin identificar de miles soldados alemanes y franceses.

Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas sus fuerzas en su última ofensiva, a partir de marzo de 1918, sobre el río Somme, en Flandes y en Champagne. Después de tres años de trincheras, consiguen romper el frente. Parece que la victoria está a la vista, que los Aliados están vencidos... Pero, mal alimentadas y cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir la contraofensiva de Foch y fallan frente al objetivo final: París. El General Foch comanda sus tropas francesas y americanas hacia la victoria (segunda batalla del Marne); los primeros tanques británicos entran en liza y la superioridad aérea aliada es evidente.

Es el principio del fin para los Imperios Centrales. Tropas francesas atacan las líneas búlgaras en Macedonia. Después de pocos días de lucha, Bulgaria comprende que no puede hacerles frente y pide el armisticio. Turquía está al límite de sus fuerzas y no puede contener a los británicos que han tomado ya Jerusalén y Bagdad y avanzan hacia Anatolia; además la derrota búlgara compromete a Constantinopla. Franceses y británicos ocupan el Oriente Próximo e Irak y el Imperio Otomano también se rinde.

El duelo enter italianos y austríacos también está por resolverse. General Dias obedece la insistencia de su gobierno que necesita de una victoria en el frente alpino para poder negociar. Los italianos derrotan a Austria-Hungría en Vittorio-Veneto. Este hecho marcó el descalabro del ejército imperial y la monarquía de los Habsburgo se hunde, incapaz de oponer nada al avance aliado por los Balcanes (3 de noviembre).

El Reich está en una situación desesperada: se ha quedado sin aliados, su población civil sufre draconianas restricciones, su ejército está al límite, sin reservas y desmoralizado. Ludendorff y Hindemburg son partidarios de la capitulación inmediata, pues creen que el frente se derrumbará en cualquier momento. En efecto, tropas americanas de repuesto no paran de desembarcar e incluso Italia se prepara para enviar un contingente a Francia. El 8 de agosto un ataque aliado cerca de Amiens tiene éxito y rompe el frente germano: los aliados ingresan a Bélgica. El Alto Mando pide al brazo político iniciar inmediatamente negociaciones de paz. Cunde la convicción de que la guerra está perdida. Wilson proclama que EE.UU. sólo negociará con un gobierno alemán democrático. Los Hohenzollern tienen los días contados. Tras una revolución obrera en Berlín, el Kaiser huye a Holanda; el gobierno de la nueva República alemana firma el armisticio de Rethondes el 11 de noviembre de 1918. La guerra ha terminado con la victoria de los Aliados.

Participación de Japón

Tras el estallido de la guerra, el Imperio Japonés envió un ultimátum a Alemania, solicitándole la evacuación de Jiaozhou (noreste de China). Alemania se negó a cumplirlo, por lo que Japón entró en la guerra del lado de los aliados. Las tropas japonesas ocuparon las posesiones alemanas de las islas Marshall, Carolinas y Marianas. En 1915, Japón presentó las Veintiuna Demandas a China que obligaban a China a no alquilar ni ceder ningún territorio frente a Taiwán a ningún país, excepto a Japón. En 1919, China cedió los derechos comerciales de Mongolia Interior y Manchuria a Japón.

Como resultado del acuerdo de paz de la guerra mundial, Japón recibió las islas del Pacífico que había ocupado, y el territorio de Jiaozhou.

Tratados de paz

Balance de las víctimas mortales
Soldados
Aliados
Imperio Británico 908.371
Australia 60.000
Canadá 55.000
India 25.000
Nueva Zelanda 16.000
Sudáfrica 7.000
Reino Unido 715.000
Francia 1.240.000
Colonias francesas 114.000
Bélgica 13.716
Estados Unidos 50.600
Grecia 5.000
Italia 650.000
Japón 300
México 3.000
Portugal 7.234
Rumania 335.706
Rusia 1.700.000
Serbia 45.000
Potencias centrales
Alemania 1.773.700
Austria-Hungría 1.200.000
Bulgaria 87.500
Turquía 325.000
Civiles
Alemania 760.000
Austria-Hungría 300.000
Bélgica 30.000
Gran Bretaña 31.000
Bulgaria 275.000
Francia 40.000
Grecia 132.000
Rumania 275.000
Rusia 10.000.000
Serbia 650.000
Turquía 1.000.000

Versalles: Firmado el 28 de junio 1919 entre los aliados y Alemania. El imperio fue cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto mundial.

Saint-Germain-en-Laye: Firmado el 10 de septiembre de 1919 entre los aliados y Austria. En este tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio Austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba solamente el alemán.

Sèvres: Firmado el 10 de agosto de 1920 entre Imperio Otomano y los aliados (a excepción de Rusia y Estados Unidos). El Tratado dejaba a los otomanos sin la mayor parte de sus antiguas posesiones, limitándolo a Constantinopla y parte de Asia Menor.

Trianon: Acuerdo impuesto a Hungría el 4 de junio de 1920 por los aliados en el que se dictaminó la entrega de territorios a Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia.

Consecuencias

Se calcula que la guerra produjo aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de inválidos. Francia fue el país más afectado, proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y desaparecidos, equivalentes a un 10% de la población activa masculina, acompañado por un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer con la inmigración. El norte francés estaba en ruinas: casas, puentes, vías férreas, fábricas, etc.

En el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz de 1919: *el Imperio del zar (transformado en la Rusia comunista, más tarde la URSS), *el Imperio Otomano se redujo a Turquía (península de Anatolia y Constantinopla), *el Imperio Austrohúngaro fue desmantelado y nacieron las minúsculas Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia como nuevos países independientes, *el Imperio alemán llegó a su fin y fue reemplazado por la República de Weimar, mermada territorial y económicamente por el pago de las reparaciones de guerra.

Nuevo equilibrio político mundial. Las colonias suministraron víveres, materias primas y soldados. Tras la guerra los pueblos coloniales no creyeron más en lo que se les había inculcado sobre la superioridad natural de la metrópoli y reclamaron una mejora de su situación. A este primer declinamiento de la influencia de Europa en las colonias, se sumó la expansión de Estados Unidos, el mayor beneficiado de la guerra junto a Japón, y cuyas capitales se colocaron al lado de París y Londres en la escena internacional.

Transformación social. Las diferencias sociales se acentuaron con el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de los pequeños ahorradores, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las mujeres adquirieron un nuevo lugar en la sociedad, y se volvieron indispensables durante toda la guerra, en el campo, las fábricas, las oficinas, las escuelas (para compensar la marcha de numerosos profesores). El feminismo progresaba, el derecho a voto fue acordado en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos y Rusia, pero no en Francia.

Consecuencias tecnológicas. La contienda generó un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: fusiles de repetición, ametralladoras, gases venenosos dando origen a la guerra biológica y química, hubo tanques, dirigibles y aviones, también se practicaron los bombardeos a las ciudades. La artillería multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de corrección. El transporte motorizado se generalizó.

Consecuencias políticas en Alemania. Los cinco tratados tras la guerra, principalmente el creado en Versalles, ocasionaron un ambiente de opresión hacia los vencidos. La nueva Alemania republicana sufrió las consecuencias del Imperio Alemán y su economía fue explotada por los vencedores. Así surgieron tesis tanto izquierdistas como derechistas para acabar con esta situación. Los golpes contra el sistema comenzaron cuando, en 1921, milicias comunistas se levantaron en Múnich. La revuelta fue sofocada. Adolf Hitler culpaba a los marxistas alemanes de la rendición alemana, alegando como pruebas la constitución progresista de Weimar y el armisticio a continuación. Cuando Hitler aun seguía en las trincheras, los militares alemanes convencían a la población civil de que la guerra podía ser ganada, mientras que confesaban a los políticos que la rendición era obligatoria. Pero Hitler sostuvo esta tesis en el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores y, con ella, dirigió el denominado Putsch de Múnich de 1923 contra la sede del gobierno. El golpe militar fue aplastado y Hitler recluido en prisión durante nueve meses. Sin embargo en enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller por el presidente Paul von Hindenburg y el 14 de octubre de 1933 triunfó en las elecciones, por lo que llegó al parlamento alemán.


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